“Pobre empleo el de cabo, que se lleva todos los palos”
Opinión
Cualquier cabo que esté expectante ante la publicación de vacantes, que según la ley de destinos actual deben publicarse al menos dos veces al año, estará todavía pagando alquiler, apuntando a sus hijos a colegios donde ha de estar otro año más, o en el peor de los casos separado de su familia, que le espera en la provincia donde está deseoso de pasar destinado.
Ese cabo nunca supuso que a él sólo por haber superado un curso a todas luces desproporcionadamente insuficiente para, en la mayoría de los casos suceder a suboficiales que han realizado un curso escolar completo, y realizar las mismas funciones que éste, cuando por cualquier circunstancia el citado suboficial no las puede desempeñar.
Ese primer escalón de mando, encuadrado en la misma escala que los guardias civiles para no darle muchos derechos, y privarle de así de cualquier otro que por pertenecer a su propia escala pudiera tener, tiene que ver además que la diferencia de sueldo es irrisoria para las responsabilidades que asume, y además tiene que ver como mucha gente de otros empleos pasa destinado a su provincia deseada mientras él sólo ve pasar el tiempo, sin poder hacer planes, afectando esto gravemente a su familia.
Ese hombre o mujer, que además tiene que aguantar unos siete años para conseguir la tirilla de cabo 1º y para más INRI en las oposiciones a suboficial ve como guardias sin ninguna experiencia en el mando, optan con más puntos que ellos. El que se hizo cabo para ver cumplida su ilusión de ser piloto de helicóptero ha visto sus ilusiones truncadas, teniéndose que conformar con otra función, donde posiblemente esté peor que cuando era guardia.
Qué tiempos aquellos, cuando un cabo, sólo por el hecho de ascender a este empleo, tenía la opción de ascender por antigüedad a partir del quinto año en atención a su penosidad. Desde luego, hoy en día hay que echarle muchas narices para hacerse cabo.